Los alumn@s son los profesores en la clase de música.

Al comienzo del curso los alumn@s  nos preguntan: ” Pero tú profe, tú no suspendes ¿verdad?”  Y yo siempre les contesto: ” Los que suspendéis sois vosotros, yo sólo dirijo el barco y hago porque no se hunda“.

Y es que durante casi dos semanas nos hemos cambiado los papeles: los alumn@s se han convertido en los verdaderos profes de “su música”.  En muchas ocasiones tengo que escuchar de mis pupilos eso de que la música que nosotros escuchamos no les gusta, que lo que mola es el TRAP Y le REGGAETON.  Lástima que cuando les hago ver que todo lo que aman viene “mi música” consigo que comprendan un poco más de la ardua tarea diaria. Además, no sólo con hacerles ver me he conformado, sino con la tarea de preparar un partitura o karaoke o baile para todos sus compañeros.

Álvaro e Iván pensaban que era mucho más fácil: ” Yo me pongo delante de ellos y digo: ¡TOCAD! ¡ Y no me hacen caso!”

Elena decía: “Claro, estar sentado y esperar a que te enseñen es mucho más fácil”.

Ángela se ponía nerviosa y decía: ¡Pero, te quieres callar por favor! Sergio tampoco controlaba los nervios: ¡Que te pongo un parte,eh! Esto es muy difícil profesora…

Óscar comentaba que era mucho mejor como lo había pensando en su casa que lo que había realizado en el aula. No sabes si va a funcionar o no…

Como profe me siento afortunada.

Sí, muy afortunada. Todos y cada uno de ellos han intentado sacar lo mejor de sí mismos buscando material, reelaborando contenido… para mostrar y hacer entender al “otro” algo que consideraban importante.  Y es muy difícil si :

• la comunicación no es buena,
• no se tienen las cosas claras desde el emisor,
• el contenido no es interesante,
• el objetivo no es claro,
• no se pretende aprender nada con ello,
• y lo más brillante y descubierto por ellos mismos: nada vale si el alumno y oyente no quiere.

Como decía Charles Dickens: ” El hombre nunca sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta”.  Y ellos lo han hecho, comprendiendo que las batutas de los directores no son mágicas, ni tampoco los cuadernos de profesor o las usadas ” hojas de incidencias”.

He podido ver madera de profesores en algunos de ell@s… ¡Ojalá sean los profesores del mañana!

De momento, sigamos trabajando.